Durmiendo de corridito, y sin ganas de dejar la rara costumbre que me he hecho de dormir hasta que se me abran los ojos solos.
Hoy, no estaba disfrutando mis sueños, y afortunadamente la corte celestial tuvo a bien despertarme, a través del método arcaico del acompañante...
Pelé los ojos de susto y me alegré de que todo lo que había visto se había esfumado.
La primer persona que me gustó, y a quien tantas tardes vigilé desde mi pupitre había muerto.
De momento sentí que me arrancaban parte de mi vida, mis años pubertos entretenida leyendo a los grandes filósofos, mientras mi corazón a gran velocidad se encariñaba de mi amigo. Largas caminatas, discusiones interminables, mensajes secretos entre las líneas de un libro, las kilométricas cartas, los viajes relámpago, comunicación telepática, la omnipresencia ausente, un noviazgo que nunca ocurrió, huídas, la primer petición de matrimonio y pare mejor rechazo en público, otros escapes, encuentros, promesas, heroína fallida, cobardía en exceso y valentía a destiempo, maldiciones, pasiones, ausencias, reencuentros, cuando todo era nada y viceversa, llegó la despedida.
Luego, la boda de mi mejor amigo, mi eterna ausencia, el encuentro fortuito, la del esquite, los ojos que siempre ví seguían mirándome de la misma forma, y sentí que debía dejarlos partir, hasta ese momento mi mejor forma de amar era diciendo adiós.
El cursillo de amores con correspondencia en puntos suspensivos, lo concluí con honores. Una mujer más con el corazón roto... como si eso le hiciera falta al mundo. Siempre supe que hice lo necesario, aunque nunca me dí cuenta de que fue exactamente lo que hice para torcer y echar a perder todo perfectamente bien. Como sea quedó perfecto.
Yo entiendo que mi ex que no fue ex, no me haya invitado a su boda, 6 meses después de que nos despedimos, fue un poco apresurado e inesperado para todo mundo. A veces sí me da curiosidad por ponerme al tanto de su vida, aunque la mayor parte del tiempo prefiero no abrir la caja de pandora. No quedamos ni en buenos ni en malos términos, solo que de repente me pongo enfática con eso de los nuncas.
Ayer en el sueño me resistía, preguntaba una y otra vez, R no podía estar muerto, recorrí muchas calles, visité a muchas personas y todos parecían estar enterados, parece ser que las noticas me llegaron con retraso... al menos me dejó una receta de su pizza preferida. Claro como es mi sueño algun consuelo he de tener, tragona que soy, me autoconsolé con una pizza... qué sufrir el mío.
Hasta ahora no me lo había preguntado, y mira qué ocio el mío... al menos los míos espero que causen la menor molestia posible, lo único que he marcado como obligatorio es que vayan bañados, peinados y con zapatos, para no desmerecer la calidad del evento.
Pero eso de soñar gente muerta, ya es un exceso.
Hoy, no estaba disfrutando mis sueños, y afortunadamente la corte celestial tuvo a bien despertarme, a través del método arcaico del acompañante...
Pelé los ojos de susto y me alegré de que todo lo que había visto se había esfumado.
La primer persona que me gustó, y a quien tantas tardes vigilé desde mi pupitre había muerto.
De momento sentí que me arrancaban parte de mi vida, mis años pubertos entretenida leyendo a los grandes filósofos, mientras mi corazón a gran velocidad se encariñaba de mi amigo. Largas caminatas, discusiones interminables, mensajes secretos entre las líneas de un libro, las kilométricas cartas, los viajes relámpago, comunicación telepática, la omnipresencia ausente, un noviazgo que nunca ocurrió, huídas, la primer petición de matrimonio y pare mejor rechazo en público, otros escapes, encuentros, promesas, heroína fallida, cobardía en exceso y valentía a destiempo, maldiciones, pasiones, ausencias, reencuentros, cuando todo era nada y viceversa, llegó la despedida.
Luego, la boda de mi mejor amigo, mi eterna ausencia, el encuentro fortuito, la del esquite, los ojos que siempre ví seguían mirándome de la misma forma, y sentí que debía dejarlos partir, hasta ese momento mi mejor forma de amar era diciendo adiós.
El cursillo de amores con correspondencia en puntos suspensivos, lo concluí con honores. Una mujer más con el corazón roto... como si eso le hiciera falta al mundo. Siempre supe que hice lo necesario, aunque nunca me dí cuenta de que fue exactamente lo que hice para torcer y echar a perder todo perfectamente bien. Como sea quedó perfecto.
Yo entiendo que mi ex que no fue ex, no me haya invitado a su boda, 6 meses después de que nos despedimos, fue un poco apresurado e inesperado para todo mundo. A veces sí me da curiosidad por ponerme al tanto de su vida, aunque la mayor parte del tiempo prefiero no abrir la caja de pandora. No quedamos ni en buenos ni en malos términos, solo que de repente me pongo enfática con eso de los nuncas.
Ayer en el sueño me resistía, preguntaba una y otra vez, R no podía estar muerto, recorrí muchas calles, visité a muchas personas y todos parecían estar enterados, parece ser que las noticas me llegaron con retraso... al menos me dejó una receta de su pizza preferida. Claro como es mi sueño algun consuelo he de tener, tragona que soy, me autoconsolé con una pizza... qué sufrir el mío.
Hasta ahora no me lo había preguntado, y mira qué ocio el mío... al menos los míos espero que causen la menor molestia posible, lo único que he marcado como obligatorio es que vayan bañados, peinados y con zapatos, para no desmerecer la calidad del evento.
Pero eso de soñar gente muerta, ya es un exceso.